El
Día del Médico Venezolano se celebra el 10 de marzo, día de nacimiento de José
María Vargas.
José María Vargas fue un médico cirujano, científico, catedrático y rector de la Universidad de Caracas, además de político, escritor y presidente de Venezuela.
En
1798, ingresó en la Real y Pontificia de Caracas, graduándose de bachiller en
filosofía el 11 de julio de 1803. Obtuvo sus grados de bachiller, licenciado y
doctor en medicina en el año de 1808. A fines de 1813 se embarcó con destino a
Europa, con el propósito de perfeccionar sus conocimientos médicos y
quirúrgicos. En tal sentido, durante este tiempo cursó estudios de cirugía,
química, botánica, anatomía y odontología. Asimismo, en esta época fue
incorporado en Londres como miembro del Real Colegio de Cirujanos.
De
regreso al continente americano en 1819, se estableció en la isla de Puerto
Rico, ya que en este lugar se encontraban refugiados sus hermanos y su madre,
quienes habían huido de la cruenta guerra de Independencia venezolana. En
Puerto Rico desarrolló una importante labor profesional y científica,
escribiendo numerosos trabajos y colaborando además con la Junta de Sanidad de
la isla. En 1825, decidió regresar y establecerse en Venezuela de manera definitiva.
Desde su llegada se dedicó de inmediato al ejercicio de su profesión,
incorporándose además a la Universidad de Caracas como profesor de Anatomía. En
1827, después de la reorganización de dicha universidad por el Libertador, fue
electo rector, el primer rector médico, como lo permitían ya los nuevos
estatutos. Es a partir de esta época, cuando Vargas recibe el reconocimiento y
el respeto de diversos sectores de la sociedad caraqueña, debido a su exitosa
labor administrativa, gracias a la cual consiguió poner al día las cuentas de
la universidad. Por otra parte, además de sanear las rentas de la universidad,
se dedicó a reorganizar las diversas facultades, crear nuevas cátedras, a las
reparaciones físicas de los locales, a la organización de bibliotecas, y a
relacionar la universidad con otros planteles. En consecuencia, al término de
su desempeño como rector, la universidad se había convertido en un modelo de
eficacia administrativa y en un prestigioso centro de estudios.
Como
profesor de anatomía, inauguró las disecciones de cadáveres, procedimiento que
era sumamente novedoso para la época, lo que le confirió extraordinaria
reputación como docente. En 1827 fundó la Sociedad Médica de Caracas, con la
cual se comenzaron a practicar reuniones científicas en el país. Durante este
período desarrolló además una amplia labor de investigación en el área
botánica, que le llevó a establecer relaciones con hombres notables de esta
ciencia en el mundo entero. Como ejemplo de esta circunstancia, tenemos que De
Candolle, uno de los más grandes botánicos de la época, bautizó algunas plantas
con el nombre de Vargasia en homenaje a los trabajos realizados en la materia
por Vargas. En 1829, al ser fundada en Caracas la Sociedad Económica de Amigos
del País, Vargas fue designado su primer director. Una vez concluido su
rectorado, Vargas se dedicó de lleno a la instrucción, fundando en 1832 la
cátedra de Cirugía. Por otra parte, simultáneamente con sus actividades
científicas y educativas, Vargas tomó parte en las actividades políticas,
asistiendo al Congreso Constituyente de 1830, donde desplegó una gran actividad
en las comisiones de trabajo, en las sesiones plenarias y en muchas
oportunidades salvó su voto al estar en desacuerdo con algunos planteamientos
del Libertador, lo que no obstante, no le impidió ser nombrado ese mismo año
como albacea testamentario de Bolívar.
En
1834, cuando se comienza a hablar de los candidatos para el período
presidencial (1835-1839), su nombre se menciona con gran insistencia sobre todo
en los círculos intelectuales, lo que de alguna manera expresaba cierta actitud
antimilitarista. En otras palabras, para 1835 Venezuela el papel protagónico de
la vida política era ejercido por los jefes militares que habían tomado parte
en la Independencia venezolana y de los otros países bolivarianas. Por tal
motivo, ciertos sectores de la sociedad venezolana que veían con desconfianza a
esta multitud de hombres que tenían lógicas ambiciones políticas y de poder,
trataron de reforzar el poder civil mediante la prestigiosa figura de José
María Vargas. En este sentido, la opinión pública caraqueña y nacional,
comenzaron a presionar sistemáticamente a un reticente Vargas para que aceptara
la primera magistratura, a lo que accedió finalmente. Fue electo presidente en
las elecciones de 1834, voto ratificado por el Congreso el 6 de febrero de 1835
y se encargó de la presidencia el día 9. Posteriormente el 8 de julio de 1835
estalló la llamada Revolución de las Reformas que lo depuso del cargo y lo
envió exiliado a Saint Thomas. Sin embargo, al poco tiempo fue restituido en la
primera magistratura, luego que José Antonio Páez al mando del ejército
constitucional derrotara a los rebeldes. Vargas continuó como Presidente de la
República hasta abril de 1836, fecha en la que renunció irrevocablemente a
dicho cargo.
Después
de su experiencia como primer magistrado, se dedicó durante el resto de su vida
exclusivamente a la educación. Durante esta etapa de su existencia, asumió la
presidencia de la Dirección general de Instrucción Pública, la cual ejercerá
desde 1839 hasta 1852. Asimismo, continuó dando en la Universidad sus clases de
anatomía y cirugía, fundando además en 1842 la cátedra de Química. Presidió
también la comisión encargada de exhumar en Santa Marta los restos del Libertador
y conducirlos a la Patria, misión que fue completada en diciembre de 1842. En
agosto de 1853, sintiéndose enfermó viajó a Estados Unidos, donde residió
primero en Filadelfia y luego en Nueva York donde finalmente murió el 13 de
julio del año siguiente. En 1877, sus cenizas fueron traídas a Caracas y
sepultadas en el Panteón Nacional el 27 de abril de ese mismo año.